El mundo necesita más baterías (estacionarias): potenciar el futuro de la energía limpia

En la carrera por descarbonizar el suministro eléctrico mundial, hemos logrado avances significativos con paneles solares y turbinas eólicas. No obstante, estas fuentes de energía renovable presentan la dificultad inherente de la intermitencia: no siempre hace sol ni tampoco hay siempre viento. Este es el lugar donde el almacenamiento de energía a gran escala desempeña un papel importante, y el almacenamiento de baterías es el líder en este campo esencial.
La creciente demanda de almacenamiento de energía
La Agencia Internacional de la Energía (IEA) ha hecho hincapié en la necesidad de aumentar enormemente la capacidad de almacenamiento energético. Los pronósticos de la agencia apuntan a que la capacidad instalada en todo el globo debe aumentar de aproximadamente 250 GW en 2023 a más de 1500 GW a fines de la década.
Y este número no es solamente una desiderata sin sustento: el mercado de almacenamiento de baterías ya está experimentando un crecimiento explosivo. Solo en 2023 se instalaron 42 GW de almacenamiento de baterías a nivel mundial, más del doble de la cantidad del año anterior. Aproximadamente el 20 % de esta capacidad se dedicó a las aplicaciones de la red eléctrica.
¿Y por qué baterías?
Si bien existen otras opciones de almacenamiento de energía disponibles, como sistemas hidráulicos bombeados, de aire comprimido y de volante, las baterías han surgido como la solución más versátil y práctica para la mayoría de las aplicaciones. Los motivos son los siguientes:
- Tendencia al abaratamiento: entre 2019 y 2023, el precio promedio de las baterías de litio estacionarias disminuyó en un 25 %, lo que las hace cada vez más rentables en precio.
- Escalabilidad: la envergadura de las baterías puede modificarse (tanto aumentarse como reducirse) de manera muy sencilla para satisfacer necesidades concretas, desde sistemas residenciales pequeños hasta instalaciones de gran envergadura a escala de red eléctrica.
- Respuesta rápida: las baterías pueden responder casi instantáneamente a las demandas de la red, lo que les permite prestar servicios esenciales de estabilidad en esta.
- Versatilidad: las baterías se pueden instalar en muy distintos lugares, desde centros urbanos hasta zonas remotas.
- Avances tecnológicos: la investigación continua mejora continuamente el rendimiento, la vida útil y la seguridad de las baterías.
La oportunidad económica
El potencial de crecimiento en el mercado de almacenamiento de baterías es sorprendente. En una cita de The Economist, la consultora multinacional Bain & Company estima que el mercado podría expandirse de alrededor de 15 000 millones de USD (dólares estadounidenses) en 2023 a entre 200 000 y 700 000 millones para el 2030. Para el año 2040, podría alcanzar la impresionante cifra de entre 1 y 3 billones de dólares,
Crecimiento que atrae inversiones significativas y estimula la innovación. Se están desarrollando nuevas tecnologías de batería, como la de iones de sodio y de estado sólido, para abordar algunas de las limitaciones de la química actual de las unidades de iones de litio.
Dificultades y cuestiones relevantes
Si bien el futuro del almacenamiento de las baterías parece excelente, hay numerosos obstáculos que deben salvarse.
Garantizar que una cadena de suministro estable y ética para los materiales de la batería sea fundamental para la producción responsable de las baterías. Para ello, la obtención de materias primas como el litio, el cobalto, el níquel y otros componentes esenciales debe llevarse a cabo de tal forma que se garantice un suministro continuo al tiempo que se apliquen prácticas éticas y sostenibles en toda la cadena de suministro. Asimismo, deben tenerse en cuenta el impacto ambiental, las condiciones laborales y el bienestar de las comunidades al extraer y procesar estos materiales.
También se expanden las cuestiones medioambientales con el fin de garantizar que la producción de las baterías y el ulterior reciclaje se administren de manera que sea sostenible. Para ello deben tenerse en cuenta la extracción de materias primas utilizadas en baterías, el proceso de fabricación, el transporte, el uso y el desecho o reciclaje al término de su vida útil. Son precisas prácticas sostenibles durante toda la vida útil de las baterías con el fin de reducir todo lo posible las emisiones de carbono y el agotamiento de los recursos, además de evitar la contaminación medioambiental.
Cada vez se están integrando más baterías en la red, lo que exige desarrollar sistemas sólidos para gestionarlas y optimizarlas. Son esenciales para garantizar la perfecta integración del almacenamiento de energía de la batería en la infraestructura de red, con la consiguiente maximización de las ventajas potenciales al tiempo que se conservan la estabilidad y fiabilidad de la red.
Dada la creciente dependencia de las baterías, es esencial priorizar su seguridad y fiabilidad. Para ello, es necesario poner en práctica medidas estrictas de comprobación y control de calidad, a fin de que las baterías funcionen en las debidas condiciones de seguridad y coherencia, con lo que se minimiza el riesgo de que se produzcan averías y otros errores.
La importancia de las comprobaciones
Es esencial llevar a cabo comprobaciones periódicas de baterías estacionarias para conseguir lo siguiente:
- Garantizar la seguridad y reducir los posibles peligros en la medida de lo posible
- Prolongar al máximo vida útil y mejorar todo lo posible rendimiento de las baterías
- Detectar y solucionar los problemas antes de que se produzcan averías en el sistema
- Optimizar la gestión y el aprovechamiento de la batería
Los equipos de medida de buena calidad, como los de las gamas de Megger, son esenciales para evaluar correctamente el estado de las baterías y su rendimiento. Desde mediciones de impedancia a descarga, contar con baterías de comprobaciones completas para baterías ayuda a conservar la fiabilidad y la eficiencia de nuestra cada vez mayor infraestructura de almacenamiento energético.
Conclusión
El mundo necesita más baterías estacionarias y el mercado está respondiendo a esta demanda con un notable crecimiento e innovación. A medida que continuemos desarrollando nuestra infraestructura de energía limpia, las baterías desempeñarán un papel cada vez más relevante para garantizar la estabilidad, la fiabilidad y la sostenibilidad de nuestro suministro eléctrico.
No obstante, el incremento de la dependencia también lleva aparejada una mayor responsabilidad. Será fundamental efectuar mediciones y labores de mantenimiento periódicas de los sistemas de batería para lograr aprovechar todo el potencial que tiene la tecnología de almacenamiento de energía. Invertir bien en procedimientos de medida y equipos nos permite garantizar que nuestro futuro, en el que las baterías son elemento capital, no solo sea respetuoso con el medio ambiente, sino también seguro y fiable.